En Chile estamos viviendo momentos difíciles y de grandes cambios. Esto se debe, sin lugar a dudas, a causas muy profundas. Como país debemos ser capaces de descubrirlas y afrontarlas.

 

Se advierte, una gran desconfianza, expresada sobre todo, en un problema de legitimidad transversal con todas las instituciones. Definitivamente estamos frente a cambios culturales y políticos en el mundo entero, lo que se potencia, aún más, con el hecho que el día de hoy estamos completamente conectados. Esa “aldea global” -que anticipó a mediados del siglo pasado Marshall McLuhan- donde todo se conoce y ni siquiera el idioma es un obstáculo.

 

Todo ello ha ocasionado que la ciudadanía tenga una mirada más crítica, pero teniendo claro que la problemática no es sólo económica: los ciudadanos quieren reconocimiento y dignidad. Pero ¿somos capaces de entender esto en toda su magnitud? Claramente no es un asunto fácil. Más aún, personalmente no me parece que se trate de un tema de izquierdas o derechas. Es algo diferente y, desde mi mirada, responde a una realidad propia del siglo XXI, donde la política y las organizaciones deben cambiar sus prácticas que han devenido obsoletas. Donde todos los chilenos también, hablemos de nuestros derechos y de nuestros deberes.

 

Notoriamente esa es la primera gran tarea y debe comenzar desde hoy mismo. Con esto no pretendo relativizar lo sucedido la madrugada del viernes; el reciente acuerdo nacional es de la mayor importancia y trascendencia, pero puede no ser suficiente. Hoy se debe continuar escuchando y así ahondar en la comprensión de lo que nos ha ocurrido como país.

 

Ciertamente la tarea de los gobernantes es muy exigente y compleja, pero hoy lo que se espera de ellos es que sepan liderar este proceso de escucha activa y de comprensión profunda de lo que está sucediendo y, también de ser capaces de construir un plan que se haga cargo de lo que plantea la gente. Pero esto no nos excluye, porque esta no es sólo tarea de quienes gobiernan. Es una tarea de todos y sin excepción.

 

Si no somos capaces de afrontar el problema bajo esa perspectiva, hay que tener claro que esto no se detendrá y tan sólo se reinventará. Solamente escuchando y comprendiendo de manera íntegra lo que nos sucede, seremos capaces de avanzar por el camino correcto en este intenso proceso transformacional.

 

Alex Acosta M.

Presidente Ejecutivo

Schwager Service S.A.