En el transcurso de la semana anterior, y después de más de un año, uno de nuestras personas sufrió un accidente en nuestro contrato de mantenimiento del área de Chancado en División El Teniente de Codelco.
El hecho ocurrió durante el mantenimiento de alumbrado en sector de bodegas, y por razones que se investigan, el trabajador (que realiza funciones de mantenedor electricista) pisa el techo entre dos containers, el cual cede originando una caída que le provocó un golpe contra una estructura metálica en el costado izquierdo de su cuerpo y posteriormente cayendo al piso de la bodega; generándole una fractura en su pierna izquierda.
Esta situación nos genera un gran pesar, no sólo por el esfuerzo que hemos puesto durante todo este tiempo para asegurarnos de que todos nuestros trabajadores regresen sin problemas a sus hogares. Sino, sobre todo, porque sentimos que no fuimos capaces de evitar que uno de los nuestros resultara lesionado.
Nuestra obligación ahora es realizar una investigación detallada que nos permita identificar de manera precisa las causas que originaron este lamentable hecho y, a partir de ello, generar los aprendizajes y adoptar las medidas para que situaciones como estas no vuelvan a repetirse.
Sin embargo, es imposible no reflexionar en torno a lo sucedido y preguntarse qué hicimos mal para que esto pasara. Y me pregunto si después de tanto tiempo sin tener accidentes pudimos habernos relajado y haber creído que lo habíamos logrado todo. O tal vez creímos que no era necesario implementar medidas adicionales producto de los resultados que habíamos alcanzado.
La tarea de la seguridad se construye día a día a través de nuestras conductas. La responsabilidad de contar con faenas seguras es algo que no termina nunca, que siempre debe ser una tarea prioritaria y en la cual no se puede dejar nada al azar. Las condiciones de riesgo existen siempre y para eso existen los estándares y los procedimientos que permitan controlarlas.
Por eso desde ahora tenemos un nuevo desafío. Debemos redoblar nuestros esfuerzos. Debemos intensificar el liderazgo visible. Potenciar la planificación de cada una de las tareas y, por sobre todo, fomentar las conductas seguras y el cumplimiento de todas las normas y procedimientos para no tener que lamentar situaciones como la que vivimos.
Hemos sido reconocidos por nuestros mandantes por hacer las cosas bien y de manera segura. Ahora depende de nosotros que sigamos siendo evaluados de la misma manera. La seguridad depende de todos hoy más que nunca.