Un requisito fundamental de una organización que aprende es saber escuchar adecuadamente. Los seres humanos estamos comunicándonos en todo momento, incluso cuando no estamos hablando. La vida familiar, la vida social e incluso la laboral se construye a partir de la comunicación, dándole significado a las cosas importantes y construyendo realidades compartidas que nos permiten entender lo mismo sobre nuestro entorno y las cosas que realizamos.
No obstante, para que exista una buena comunicación se requiere saber decir bien lo que se quiere expresar; pero también al que oye, saber escuchar a quien está hablando.
En la seguridad de nuestras faenas esto último resulta esencial. Debemos entender que la mejor forma de aprender y no cometer los mismos errores depende del saber escuchar. Aprender que, para mejorar continuamente, es indispensable no sólo decir cómo se deben hacer las cosas, sino que también escuchar a quienes directamente las realizan.
Existe una infinidad de elementos que desde la supervisión no se pueden ver con claridad. Muchas de las dificultades que existen para realizar un trabajo determinado pueden quedar ocultas detrás del silencio de nuestras personas que no saben cómo expresar esos problemas, o bien, no cuentan con los espacios para plantearlos.
Por eso debemos ser capaces de generar esos espacios que estén basados en la confianza, donde los trabajadores sientan que pueden expresarse sin temor y que pueden contribuir a hacer las cosas de manera más segura y eficiente.
Para lograr ese espacio debemos, hacer sentir al otro que de verdad lo estamos escuchando. No precipitarse en respuestas o explicaciones, sino que tratar de empatizar con lo que el otro siente y con cuál es el problema real que tiene. Muchas veces la respuesta o mejor práctica está en esa misma persona y sólo requiere de un “empujoncito” para que su idea salga a la luz y pueda ser implementada.
Muchos de los riesgos en una faena están ocultos detrás de las conductas. Y nos será imposible descubrirlos si no somos capaces de escuchar debidamente a quienes día a día se encargan de realizar directamente las tareas.
Conversemos, miremos y escuchemos debidamente. Porque la seguridad no sólo es decir cómo hacer una tarea; también es descubrir aquello que no estamos viendo.
Alex Acosta Maluenda
Presidente Ejecutivo
Schwager Service