En los sistemas organizacionales de hoy, la prevención de riesgos es también una importante palanca en la optimización de la gestión operacional, promoviendo estándares y resultados, por lo que ha ido adquiriendo valor como una herramienta de gestión fundamental para las empresas.

Debemos entender que la necesidad de integrar la prevención de riesgos al interior de las empresas, instalando una cultura basada en la seguridad como un valor fundamental, nace no sólo como una obligación legal, sino como una actividad intrínseca a las acciones y decisiones de las empresas. Para ser eficaz, la seguridad debe ser gestionada como parte fundamental de un sistema de gestión estructurado e integral, como elemento transversal a toda la gestión y que sea entendido, valorado y aplicado por toda la organización.

Hoy no resulta viable presupuestar expectativas de crecimiento basadas en indicadores y metas futuras si no existe un cimiento sólido y consolidado donde se pueda construir. Esa base se encuentra en la gestión integral, la cual requiere de una dirección con habilidades múltiples.

Es por eso que un elemento primordial de esa piedra angular es el liderazgo; lugar donde está radicado el sentido y propósito de la empresa, así como también el conocimiento. La demostración más clara de esto es, precisamente, la posibilidad que la compañía tiene para ser direccionada adecuadamente hacia los objetivos propuestos, incluso más allá de las condiciones internas y externas; y en eso, la línea de liderazgo cumple un rol esencial.

Un sistema de gestión integrado y transversal a la organización no sólo consigue elevar los estándares de seguridad. Genera a la vez, optimizaciones, busca mayores niveles de calidad en el servicio, genera mayor productividad y obtener una razonable rentabilidad del negocio.

Esto se logra porque existen procesos y sistemas claros y conocidos por todos, así como objetivos medibles y definidos a priori, roles precisos donde cada cual conoce lo que debe realizar, cuál es su aporte al objetivo y qué es lo que se espera de él. Ello trae como consecuencia ejecutar las actividades con eficiencia, evitar los dobles esfuerzos y agregar valor a los activos y recursos que se han dispuesto para la tarea.

Por ello es importante resaltar siempre que la tarea primordial del liderazgo es generar una mayor rentabilidad a los activos, entre los cuales las personas son uno de los más importantes. En él está radicado el Know How del negocio y desde ahí se pueden generar las conductas que hagan la diferencia en la seguridad en la faena y los resultados de la empresa.

Este es un elemento fundamental que aún no es practicado por muchas empresas, donde existen liderazgos débiles, que no tienen claro su rol y que no contribuyen a desarrollar faenas seguras ni aportan a maximizar el retorno esperado por los accionistas.

Desde esta perspectiva, la gestión del riesgo, entendida como palanca de la optimización operacional, es un elemento donde se puede generar una inflexión en la protección de nuestras personas y en la obtención de mejores resultados empresariales.

Alex Acosta M.

Presidente Ejecutivo Schwager S.A.