Es una realidad que en los últimos treinta años, Chile ha crecido más que en todo el resto de su historia. De hecho, los avances son de tal relevancia, que la reducción de la pobreza –sólo a modo de ejemplo- se redujo drásticamente cambiando el nivel de vida de los chilenos. Esto no lo podemos relativizar; hacerlo, se transforma en un error mayúsculo. Hoy, los beneficios de este crecimiento deben seguir llegando con efectividad a todas las familias de nuestro país. Es un trabajo que no tiene descanso.

Con respecto a los brutales hechos que estamos viviendo, rechazo enérgicamente cualquier acto de violencia. Son inaceptables. No comparto los actos de vandalismo que atentan contra las personas y contra la propiedad, ni aquellos que destruyen bienes públicos que benefician a los habitantes de Chile.

El Presidente de la República señaló que había escuchado a la ciudadanía e hizo un llamado a buscar soluciones entre todos los actores. En efecto, este es un importante momento para la unidad. De lograr grandes acuerdos que continúen dando respuestas para lograr el país que queremos. Pero es fundamental, que primero se erradiquen los violentistas y los actos de vandalismo. Reitero, estos son inaceptables y deben ser condenados.

El llamado entonces es para que la clase dirigente esté a la altura. Qué sea capaz de empatizar con las necesidades del país y sus ciudadanos.  Pero no basta sólo con acuerdos políticos. Se requiere también, que toda la ciudadanía entienda que fue escuchado su reclamo y que, de la misma manera, tenga la apertura de contribuir a estos procesos de mejoras y al cuidado del país.

 

Alex Acosta M.