Un elemento esencial de la vida humana son los derechos. Nacemos con derechos por el sólo hecho de ser personas. Son los llamados derechos fundamentales. Pero la organización social requiere de un marco normativo que regule la convivencia entre los seres humanos, de tal forma de garantizar que los derechos individuales también sean respetados por todos.
Entonces, el equilibrio entre derechos fundamentales y derechos individuales sólo es posible asegurarlo con el compromiso de cada integrante de la sociedad de cumplir con aquellas normas que todos hemos concordado como beneficiosas para lograr un desarrollo armónico como individuos y también como grupo.
En definitiva, de lo que estamos hablando es que no pueden existir derechos sin deberes. Sólo se puede acceder a ellos si comprendemos que cumplir con aquello que la sociedad ha establecido –a través de la experiencia- es bueno para asegurar el fin último de las personas y, por sobre todo, de la sociedad.
Las organizaciones funcionan de la misma forma. La única vía de alcanzar niveles de excelencia en seguridad es logrando que las personas que trabajan en faenas entiendan y se comprometan a desarrollar conductas seguras cumpliendo las normas en todo momento, sin saltarse los procedimientos establecidos, planificando rigurosamente las tareas, utilizando las herramientas adecuadas y en buen estado y ayudando a sus compañeros de equipo cuando lo requieren; generando así relaciones de confianza que permiten el cuidado mutuo.
De lograrse lo anterior se puede, por ejemplo, utilizar la tarjeta verde. Esta permite paralizar una tarea en caso de que no existan todas las condiciones que aseguren la integridad de los que están involucrados en ella. Es un derecho coligado a una obligación fundamental de todos los trabajadores: el cumplir en todo instante con los procedimientos.
En Schwager hemos trabajado intensamente en esta mirada, pero no sólo en aspectos de seguridad. Creemos profundamente en los derechos de nuestras personas y por eso, por ejemplo, promovemos acuerdos laborales como una forma de generar diálogos que nos permitan conversar de deberes y derechos.
Todo lo anterior, ha hecho posible alcanzar importantes logros en materias de seguridad y cuidado de nuestras personas. Pero también nos ha llevado a espacios de diálogo muy fructíferos en otras materias, sobre todo en el clima laboral.
Nos enorgullecemos de ser una empresa que no ha tenido conflictos mayores con sus trabajadores, incluso en momentos complejos. Esta gobernabilidad, ha generado personas realizadas en su trabajo, que cumplen con sus deberes y comprometidas con lo que hacen. Todo en un ambiente de coincidencias y legítimas diferencias.
Esa paz laboral contribuye y es valorada por nuestros clientes y entornos. Aporta también -lo que es una responsabilidad de todos- a la continuidad operacional y a dar un servicio de calidad y oportunidad.
Esta es una forma concreta de plasmar en la realidad, el resultado virtuoso que genera el entender que siempre al lado de un derecho existe un deber, y que, en la medida que todos cumplamos con nuestras obligaciones, no sólo estarán asegurados nuestros derechos, sino también, contaremos con una sociedad y una organización que contribuye al desarrollo de las personas.
Alex Acosta M.
Presidente Ejecutivo